Esta es la oración que manifiesta el sentir de los católicos cuando, cayendo todas las hipótesis mediáticas, se escuchó que un tal Francisco era el nuevo Pápa, obispo de Roma.
Bienvenido «papa del buen ejemplo», que escuchándote hablarnos desde tu corazón y tu experiencia, has despertado en nosotros lo mejor de nuestra fe. En los entrañables gestos con los que has empezado tu nuevo servicio, vemos manifestado tu programa hecho vida. Nos ha encantado tu primer contacto con el mundo como papa: presentándote sin cubiertas, sin capas ni joyas, gritándonos así quien es tu verdadero Padre. Tu cruz artesanal de metal sin ninguna valía, casi gastada de haberla usado por décadas en Argentina como pastor abnegado, nos señalaba tu opción por los pobres. Tus muchos y pequeños detalles nos han manifestado que algo nuevo estaba naciendo en la iglesia ¿no lo notais?. En la elección de Francisco como nombre nos has indicado con claridad que no tienes más riqueza que Cristo y evangelizar en las periferias.
Padre bueno, los cofrades de la Coronación de Espinas te bendecimos porque nos has regalado con un hombre de Dios, con un profundo amor a la Iglesia, con una gran sensibilidad por los problemas de los hombres y mujeres de hoy, y con la sencillez como compañera de sus firmes convicciones. Señor, has sido una vez más grande con nosotros, y por eso estamos muy alegres.
Jesús Domínguez
Consiliario